I Corintios 2:9 (RV)
Es de gran utilidad ver el antecedente de este versículo. Estas son las palabras del profeta Isaías a la nación de Israel. Al escribirle a los Corintios, el apóstol Pablo está hablando acerca de la “sabiduría” que Dios nos ha dado y que está por encima de la “sabiduría” del mundo. Luego él nos recuerda que no importa cuánta sabiduría hayamos recibido de Dios, hay cosas acerca del amor de Dios y la esperanza que tiene para nosotros que están en lugares mucho más altos que nuestros propios pensamientos! Yo necesito desesperadamente la sabiduría de Dios porque Dios conoce cosas acerca de mí y de mi futuro que yo ni siquiera puedo imaginarme.
Cada día escuchamos más descubrimientos científicos. Aprendemos más y más del universo por estos descubrimientos. Cada día, se publican nuevos libros acerca de novedosos hallazgos sobre aspectos de la sociedad: bien sea jardinería, finanzas, leyes, mecánica automotriz, deportes o matrimonio. Pero ninguna de estas sabidurías se compara con la sabiduría que es dada a aquellos que creen en Jesucristo. Pablo nos dice que esta sabiduría divina no se nos ha sido dada por nuestra propia evaluación empírica (experiencia) ni por nuestro pensamiento racional. No la observamos ni la descubrimos, sino que vino de Dios y ésta es la sabiduría que nos hace sabios en nuestra manera de vivir. Imagínate obtener esta clase de sabiduría gratuitamente de Dios.
En nuestra era científica tendemos a confiar en lo que podemos ver, tocar, experimentar o probar. Esta promesa nos hace recordar que la sabiduría más grande se encuentra en las cosas que son demasiado grandes para que yo las pueda ver, demasiado reales como para que las pueda tocar y demasiado maravillosas para que las pueda concebir.
Dios quiere que tú estés informado, pero necesitas más que información para tomar buenas decisiones. Necesitas la sabiduría de Dios para tomar decisiones acerca de tus finanzas, tu matrimonio, tus amistades y tu trabajo. Él no te deja en este mundo para que te defiendas solo. Tú tienes la habilidad para acercarte a Él y aprender de su palabra al tomar sabias decisiones. Depende hoy de la sabiduría de Dios mientras tomas tus decisiones. Ora, medita en la escritura y luego toma decisiones. Dios te guiará por el camino correcto.
Cada día escuchamos más descubrimientos científicos. Aprendemos más y más del universo por estos descubrimientos. Cada día, se publican nuevos libros acerca de novedosos hallazgos sobre aspectos de la sociedad: bien sea jardinería, finanzas, leyes, mecánica automotriz, deportes o matrimonio. Pero ninguna de estas sabidurías se compara con la sabiduría que es dada a aquellos que creen en Jesucristo. Pablo nos dice que esta sabiduría divina no se nos ha sido dada por nuestra propia evaluación empírica (experiencia) ni por nuestro pensamiento racional. No la observamos ni la descubrimos, sino que vino de Dios y ésta es la sabiduría que nos hace sabios en nuestra manera de vivir. Imagínate obtener esta clase de sabiduría gratuitamente de Dios.
En nuestra era científica tendemos a confiar en lo que podemos ver, tocar, experimentar o probar. Esta promesa nos hace recordar que la sabiduría más grande se encuentra en las cosas que son demasiado grandes para que yo las pueda ver, demasiado reales como para que las pueda tocar y demasiado maravillosas para que las pueda concebir.
Dios quiere que tú estés informado, pero necesitas más que información para tomar buenas decisiones. Necesitas la sabiduría de Dios para tomar decisiones acerca de tus finanzas, tu matrimonio, tus amistades y tu trabajo. Él no te deja en este mundo para que te defiendas solo. Tú tienes la habilidad para acercarte a Él y aprender de su palabra al tomar sabias decisiones. Depende hoy de la sabiduría de Dios mientras tomas tus decisiones. Ora, medita en la escritura y luego toma decisiones. Dios te guiará por el camino correcto.
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